Conseguir el máximo beneficio con el mínimo esfuerzo” es una de las máximas más simples y extendidas dentro de las artes marciales tradicionales y menos fácil de llevar a la práctica, y más aún si no viene respaldada por un elevado dominio técnico del método marcial ejercitado. Paradójicamente, hace siglos, tal aseveración era puesta en práctica diariamente por los habitantes de las Islas Ryu Kyu, los cuales, bajo el dominio militar del Japón medieval que les prohibió el uso de armas de ataque y defesa, tuvieron que ingeniárselas para emplear dichas armas sin ser descubiertas, para ello sus inofensivos utensilios de labranza se convirtieron en mortíferas armas; así, aperos usados para trillar, segar, cavar… como el mayal (nunchaku), la hoz (kama), la azada (suburi) etc., y, el que nos ocupa, el Tonfa, adquirieron una doble faceta que incluso hoy resulta sorprendentemente útil. El uso del Tonfa, que creció de forma paralela al Karate, puede considerarse una extensión de eta metodología, con lo que los movimientos de uno y otro pueden realizarse de forma muy similar. Actualmente, los cuerpos policiales y los servicios de vigilancia de todo el mundo tienen los ojos puestos en las técnicas empleadas por los cuerpos policiales japoneses, y no sólo por su tremenda y contrastada eficacia, sino porque al tener muy delimitado el uso de su fuerza ante agresiones evitando en lo posible emplear su reglamentaria arma de fuego, van provistos de una serie de armas auxiliares que les permiten arrestar al presunto delincuente sin causarle más daño que el estrictamente necesario; exponente de estas armas auxiliares es, sin duda, el Tonfa policial, que permite aplicar una infinidad de técnicas totalmente resolutivas y eficaces para repeler ataques, reconducir la agresión e inmovilizar al agresor. Así las cosas, son muchos los países –entre ellos España- que paulatinamente van incluyendo este arma de origen okinawense dentro de la uniformidad de sus agentes. En esta obra, el autor explica la metodología de esta eficaz arma ampliando la anterior edición, e incluyendo un buen número de ejemplos prácticos totalmente ilustrados con los que iniciarse y avanzar con paso firme hacia el dominio del Tonfa.