Entre las enseñanzas que conforman el amplio programa de Aikido, encontramos la parte conocida como BUKI WAZA, que contempla las defensas específicas a manos vacías contra el ataque de armas blancas, sables, bastones, etc., cuyas raíces se encuentran en las antiguas escuelas de Bu-Jutsu, encargadas de recoger y transmitir aquellas acciones que se habían mostrado útiles o eficaces en combates a vida o muerte. Ignorar estas técnicas, o relegarlas al olvido, supondría perder un legado tradicional de alto valor educativo, tan útil en épocas pretéritas, como en la actualidad de nuestros días, a causa de la violencia de todo género que nos rodea. La práctica de cada una de las partes de BUKI WAZA aporta al budoka un valioso aprendizaje técnico, psicológico y ético, pues cada ejercicio exige la participación del cuerpo, la mente y el espíritu, ya que se trata de algo más que un simple deporte de combate.